Poema 99 | Bolero | Canciones para el camino
De muchacho me enamoré de la versificación sentimental de los boleros de Agustín Lara y, sin saberlo, desde entonces me matriculé en el modernismo tardío. Años después, cuando descubrí a T. S. Elliot, retomé para siempre la poesía social, esa otra vertiente de los modernistas tardíos, pero el bolero jamás dejó de ser mi cómplice.
En la década de los ochenta hice boleros y valses que a veces me acompañan como música de fondo para recitar poemas, pero cuando necesito amigos, de esos que no pueden ser quebrados por ninguna soledad o ningún amanecer, allí siempre estará el bolero.
En una de mis épocas más tristes y al tiempo más providenciales, en el México de 1994 y 1995, quise agradecer a ese amigo leal, por lo que el Poema 99 es otro de los que escribí en servilletas de papel en la cafetería Sanborns de Perisur en el Distrito Federal.
Poema 99 Bolero (1995)
Oyéndote, compañero
de destierro,
americano viajero,
¡bolero! ¡libertad!,
tu música triste
me redime
de la orfandad.
¿Quién es más libre
que quien se hace prisionero
del melódico recuerdo
por propia voluntad?
¡Libertad!,
algo más dijiste que gritar: «Independencia»,
al final,
en los confines de las tierras chilenas,
para que hasta allá
Rubén Darío corriera
en 1886, cuando la Emperatriz Carlota su pulsera
diera
a Conchita Méndez por La Paloma cantar.
¡Algo más cantaste, Libertad!,
que recorrió el universo
en renovados versos
de Darío,
y señalaron
en México a su cantor divino,
Ángel Agustín María Carlos Fausto
Mariano Alfonso del Sagrado
Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino.
Antes de que llegue el alba, dímelo tú,
el de Darío o Agustín Lara,
¿cuál es el mejor Azul?
O no me respondas,
ambas canciones
me hechizan, me asombran.
No me contestes,
ambas mi alma
romántica estremecen.
Cantar,
volar,
color,
el Sol,
las piedras,
las perlas,
la plata,
aristocracia,
todas las metáforas
del gran Darío te ensalzan,
—bolero— mestizo universal.
¡Bolero!,
amigo certero,
¿qué actitud pagana nos hace desafiar
el cielo,
el averno,
para luego sollozar
en doliente lírica
en sonora rítmica,
tanta oquedad?
Si hay un camino,
horizonte mediante,
quiero irme contigo,
quiero liberarme
en abrazo fundido
al bailar,
si no es con ella,
cuando el alba raye,
con mi soledad
en tu armonía inefable.
¿Ansiar inútil?
¿Bolero cursi?
Así te prefiero,
franco mensajero,
amigo dúctil
en el placer o el infierno.
Cántame a Darío, por favor,
Y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
De Lara dime un canto,
Yo tuve las violetas de tu primer desmayo.
Qué lenta esta brisa,
qué corta la prisa de cada ilusión,
qué bella tu lira
que hace detenerse a venerar tu voz.
Poesía es ritmo, río conversador,
poema no habría
sin ritmo, sin guía,
para el corazón.
Oyéndote espero
entender el silencio
del amor carcelero,
bolero,
compañero en la desolación.
Hernán Urbina Joiro visitando la tumba de Agustín Lara.
Ciudad de México (1995)
“Canciones para el camino”. Poesía escogida 1974-2019.
Hernán Urbina Joiro (Caligrama Random, 2020). Prólogo de William Ospina.
Disponible en LIBRERÍA LERNER: https://bit.ly/2YE52rc
LEA ADEMÁS: Bogotá fue por mí. Poema 20 (1983)
TAMBIÉN LEA: Poema 128 | Cartagena en mí (2000)
Canciones para el camino
Hernán Urbina Joiro
(Caligrama, 2020)
Cuarenta y cinco años de historia, amores, censuras, perplejidades de Colombia y el mundo en versos memorables.
Prólogo del poeta y escritor colombiano William Ospina.
Disponible en LIBRERÍA LERNER: https://bit.ly/2YE52rc
OTROS PUNTOS DE VENTA DESDE ESPAÑA Y ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
Amazon: https://amzn.to/2Zi2Zdr
Casa del Libro: https://bit.ly/3g3SrVd
El Corte Inglés: https://bit.ly/3fZZOwW
Apple Books https://apple.co/2Tibh0Y
