Escritor y poeta colombiano. Sitio oficial.

LA GRAN HISTORIADORA DE CARTAGENA QUIERE VOLVER

 

La gran historiadora de Cartagena quiere volver – por Hernán Urbina Joiro (Foto de Hernán Urbina Joiro con María del Carmen Gómez, en Sevilla, España, en 2004).

Difícil evadir aquella perturbación rumbo al hogar de María del Carmen Gómez. Un profano consiguió cita con la mujer que a sus 22 años había puesto proa entre millones de documentos del Archivo General de Indias para escribir el hasta ahora más riguroso libro sobre la época de Pedro de Heredia. No había nada que hacer. Allí, en la calle Fernando Villalón, frente al piso de la actual subdirectora del departamento de Historia de América de una Universidad que acaba de cumplir 500 años, sólo quedaba resignarse a la suerte de los condenados y luego timbrar.

Las alumnas de María del Carmen la describen como meticulosa, detallan que no es raro sorprenderla trabajando a la una de la madrugada en su departamento. Sus decenas de grandes publicaciones, que involucran la historia americana desde los Estados Unidos hasta la Argentina —aunque el asunto que domina su corazón sea Cartagena —, son apostilladas con referencias profusas y terminantes. De manera que, al final de las lecturas previas sobre el personaje a visitar, fue inevitable zurcir aquella terrífica visión de un ser ceñudo e inaccesible, sin tiempo para hablar nada distinto a las honduras de la Historia, una cierta hechura entre Pierre Vilar y Sartre. En ello consistía mi perturbación acompañante esa noche mientras caminaba por la calle Fernando Villalón de Sevilla.

De súbito tras la puerta del departamento 4 E apareció la pelirroja con ojos aceitunados como un torbellino de palabras:

—¿Qué hay? ¿Qué es de Jaime Trucco? ¿De Adolfo Meisel? ¿De Alfonso Múnera?

Quién sabe cuantos segundos pasaron entre aquel viento tranquilizador. De un momento a otro me vi sentado en un sillón con una copa de Rioja en la mano derecha y brindé como viejo conocido. ¡Estaba en puerto seguro a orillas del Guadalquivir!

No digáis que agotado su tesoro / de asuntos falta, enmudeció la lira

Gustavo Adolfo Bécquer nació en la calle Ancha de San Lorenzo de Sevilla —actualmente calle Conde de Barajas—, a unos diez minutos en auto del departamento de Carmen —así prefiere que le llamen—, y ahora, al rememorar este encuentro con ella, al escribir muy cerca de la Catedral sevillana sitiada por golondrinas, el enorme poeta afligido por dolencias físicas y emocionales emerge irrefrenable.

Con interés creciente Carmen oyó una a una las motivaciones de aquella visita, los detalles del ensayo «Entre las huellas de la India Catalina», las vicisitudes para contactarla. Al conocer que soy médico habló reposada sobre la recién y lánguida muerte de su madre y de su triunfo actual sobre el cáncer de mama. De vuelta a los temas de Cartagena hubo un momento en que desapareció su sonrisa invencible:

—¡Joder! ¡Y hasta han pensao que he olvidao a Cartagena!

Visiblemente afectada bebió del Rioja antes de agregar:

—Me muero por volvé.

Es apenas natural. El historiador se bate a muerte contra el olvido, la tergiversación o la indiferencia. En estos momentos María del Carmen Gómez, entre otras cuestiones, trabaja con María Salud Elvás sobre la vida cotidiana de Cartagena de Indias en el siglo XVI por lo que la posibilidad de que hubiese desechado a la ciudad de Heredia le parecía poco más que una afrenta.

Por cierto, al detallar sobre este distinto y complicado estudio, me parece que Carmen Gómez ha parafraseado con tino la «Rima IV» de Bécquer:

No digáis que agotado su tesoro / De asuntos falta, enmudeció la lira.

 

Estos días azules y este sol de la infancia

Antonio Machado vio la luz por primera vez el 2 de julio de 1875 en el Palacio de las Dueñas en Sevilla, al norte de la calle Fernando Villalón. Luego de oír —y sobre todo ver— a Carmen es obvio que muchos de los versos del vate sevillano tintinan en las palabras con las que ella evoca a Cartagena. Se conoció que pocos días después de la muerte del bardo, José Machado encontró en un bolsillo del gabán un papel que contenía su último verso:

Estos días azules y este sol de la infancia.

Con parecida tesitura Carmen evoca sus primeros minutos en la Cartagena de los años ochenta. El avión llega muy temprano, son cerca de las seis de la mañana, se supone que debe dormir, pero al llegar al Hotel Caribe fue categórica:

—Yo esperé muchos años pa’ llegá a Cartagena y ahora mismo me voy a conocerla ¡Aunque sea sola!

Divertida observa como el taxista abre la cajuela con un destornillador. Finalmente se va desposeída por las calles bajo un cielo y un sol tan inmemoriales como los de Machado, entre las murallas y construcciones mudéjares nuestras que incuestionablemente no han partido de su añoranza jamás. Esa noche, en su departamento, acordamos reunirnos en la mañana del jueves en el Archivo General de Indias.

El Archivo es único en el mundo. La colosal empresa del Rey Carlos III contiene, como ningún otro, los registros de casi todo lo concerniente a los asuntos judiciales y civiles de Las Indias desde la Conquista. Pasados tres días de maravillosos avances en colaboración con las alumnas de Carmen, llegamos a un punto muerto en torno a una de las preguntas pendientes por resolver. A las once de la mañana nuevamente apareció el torbellino de los ojos aceitunados y el pelo rojizo. Todo el mundo se moviliza a saludarla. Ella se sienta a mi lado frente a un ordenador del Archivo. Con tantos asuntos trascendentes que atender en su vida y en su oficio, allí estaba María del Carmen Gómez en cuerpo y alma para cumplir su palabra. Han cambiado la interfaz del software de búsqueda. Le basta con enarcar las cejas mirando a la persona más antigua del Archivo para que corra a dar explicación. Entonces Carmen acomoda sus manos en el teclado y sus dedos hacen aparecer el dato que hace retomar el camino: Nuestro Alonso Montes es Alonso Montes de Heredia, el pariente de Don Pedro con quien casaría la india Catalina. Como debía ser, sin siquiera mirarme, dijo:

—¡Cópialo! ¡Y creo que debes leerte estas otras tres referencias más!

No hay duda. Esa fue una mañana azul y soleada de Sevilla difícil de olvidar.

¡Cuánto esta luz de otoño os hermosea!

Luis Cernuda llegó al mundo aquí en Sevilla el 21 de septiembre de 1902 en la calle Conde de Tójar —hoy calle Acetres—, igual al norte del centro histórico por donde atarugado vi pasear a las imponentes andaluzas de mirada penetrante, hermosísimas dueñas de su mundo y del nuestro, todas altaneras, trigueñas o bruñidas, ¡Ay! ¡Ese es otro tema!

La segunda y última visita al departamento de Carmen fue más desenvuelta. Tras volver a conversar sobre Pedro de Heredia y Catalina, tocamos la situación política de Colombia, su gusto por la música colombiana, incluido el vallenato, y claro, otra vez, su amor por Cartagena.

Con tanta soltura en la charla hasta llegó a platicar sobre su apacible e irrenunciable vida de soltera en Sevilla. Apenas me animé a comentarle sobre su apariencia fresca y graciosa, a lo que respondió:

—Pues, claro que estoy bien mona.

Simplemente callé. Aunque me hubiera gustado ratificarla con un verso de Cernuda:

¡Cuánto esta luz de otoño os hermosea!

—Yo me vuelvo a Cartagena pa’ hacer lo quieran que haga por allá —insistió.

Esto es más que un acto de generosidad. Se trata de una oportunidad irrenunciable que convida una de las autoridades mundiales de la Historia de América. Una incansable investigadora que a los 25 años escribe un tratado hoy todavía flamante sobre la historia de Cartagena, ¿cuánto conocimiento no podrá regalarnos con tres décadas adicionales de estudios ininterrumpidos?

Acabó el Rioja. Era la hora de partir. Tras despedirnos volví a caminar perturbado por la misma calle Fernando Villalón. Esta vez con una tristeza muy parecida a aquella con la que se abandona a la gente entrañable.

Sevilla, 23 de agosto de 2004.

 

La gran historiadora de Cartagena quiere volver – por Hernán Urbina Joiro

Hernán Urbina Joiro, escritor y médico colombiano. (Valledupar, Colombia, el 16 de junio de 1965). Parte de su infancia y adolescencia transcurrió en San Juan del Cesar (La Guajira). Médico de la Universidad del Rosario y escritor, cuya obra ha sido distinguida con distintas condecoraciones como la Orden Puerta de Oro de Colombia, la Orden Pedro Romero de Cartagena de Indias, la Orden Gran Cruz de Caballero del Congreso de la República de Colombia, la Insignia Nicolás Monardes de la Sociedad de Escritores Médicos de Sevilla (España).

Es Miembro de Número de la Academia de la Historia de Cartagena de Indias, de la Academia de Medicina de Cartagena de Indias y de la Academia Nacional de Medicina de Colombia. Ha colaborado con los periódicos colombianos El Tiempo, El Heraldo y El Universal, entre otros. Fundó y dirigió entre los años 1996 y 1999 la revista Romanceros y entre 2014 y 2018 la  revista Humanidad AhoraEs miembro de la Junta Directiva del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias desde 2015.

Vive en Cartagena de Indias. Sus más recientes libros son Entre las huellas de la India Catalina (Segunda edición, 2017, Universidad del Rosario) y  Humanidad Ahora: diez ensayos para un nuevo partidario de lo humano (2017, Siglo del hombre).

La gran historiadora de Cartagena quiere volver – por Hernán Urbina Joiro

BIBLIOGRAFÍA SUCINTA SOBRE HERNÁN URBINA JOIRO

Cataño Iguará Calos. Hernán Urbina Joiro, al pie de la letra. Revista Metro. Abril de 2018. http://revistametro.co/2018/04/30/hernan-urbina-joiro/

Cataño Iguarán Carlos. Nacho Urbina, lírica vallenata. Revista Trenzando.  Vol. 1 N° 1. 2008. Revista Cultural del Caribe colombiano, pags. 39-42.

Collazos Oscar. La India Catalina. Diario El Universal (Cartagena de Indias), 19 de agosto de 2006.

De la Espriella Alfonso. Historia de la música en Colombia a través del bolero. Quebec World. 2005. Bogotá

Durán Gómez Eduardo. “Entre las huellas de la India Catalina” por el Presidente de la Academia Colombiana de Historia. Bogotá, 10 de abril de 2017.

Escalona Rafael. Lágrimas que tallan como las espermas. Prólogo al libro Lírica Vallenata. Urbina Joiro Hernán. Convenio Andrés Bello. 2003. Bogotá.

Gómez María del Carmen. Una historia de La Conquista: La India Catalina y Cartagena de Indias. Presentación del libro Entre las huellas de la India Catalina. Urbina Joiro Hernán. Academia de la Historia de Cartagena de Indias. 2006. Cartagena de Indias.

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López Michelsen Alfonso. Un auténtico valor nacional. Diario El Tiempo. 6 de noviembre de 2005.

López Michelsen Alfonso. Frente al acuerdo humanitario ¿Cómo desempantanar? Comentarios sobre Entre las huellas de la india Catalina.  Diario El Tiempo. 20 de agosto de 2006.

Martínez Emiliani Vicente. Rescate de la India Catalina. Prólogo del libro “Entre las huellas de la India Catalina”. Academia de la Historia de Cartagena de Indias. 2006. Cartagena de Indias.

Méndez Carlos Gustavo. Presentación como miembro del doctor Hernán Urbina Joiro. Archivos de la Academia de la Historia de Cartagena de Indias. 11 de abril de 2003.

Mendoza Vega Juan. Presentación como miembro de Número del doctor Hernán Urbina Joiro. Archivos de la Academia Nacional de Medicina de Colombia. 21 de junio de 2012.

Morón Díaz Darío. Presentación como miembro de Número del doctor Hernán Urbina Joiro. Archivos de la Academia de la Historia de Cartagena de Indias. 29 de junio de 2017.

Ortega Marisol. Hernán Urbina Joiro: la medicina hecha arte. Revista Coomtacto. Vol 9. N° 4. (Legis). 29 de noviembre de 2016.

Patiño José Félix. ¿Atención de la salud o negocio? Diario El Espectador. Opinión. 18 Mayo 2011.

Tatis Gustavo.  Entre las huellas de la India Catalina. Diario El Universal (Cartagena de Indias), 13 de agosto de 2006

Tatis Gustavo. Otras huellas de la India Catalina. Diario El Universal (Cartagena de Indias, Colombia). 19 de abril de 2017.

Zapata Olivella Manuel. Crítica a primeros borradores de Entre las huellas de la India Catalina. Bogotá. 2002.

Zumaqué Francisco. El paseo romántico. El blog de Francisco Zumaqué. 1 de diciembre de 2008
(Más sobre la literatura  de Hernán Urbina Joiro)

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Hérnan Urbina Joiro

Escritor y humanista colombiano.

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