«Incapaces de hacer buenos poemas o un libro como Lírica Vallenata, los desdichados hijos de la envidia recurrieron al argumento ad hominem, contra el hombre, lo que me animó a recitarle —a consolar— a la triste deidad en el Poema 154».
Hernán Urbina Joiro poeta recita Acto III de Poema 154
Renegaste de la ira porque Alfonso de la Espriella defendió El quinto aire al morir tu lucecilla un quejido lloriqueaste, es la tristeza en que reinas pero has ganado tu mentira, Phlohnos, una congoja más no te daría. ¡Eres Reina! Phlohnos, toma, recoge tu falsía, ¡Eres Reina!
Alfonso me envió su libro, por cierto, donde elogia mi laúd pero cita una habanera del siglo XIX que te daría desconsuelo pues, atribuye a otra en uno de sus versos, La Reina eres tú.
Hernán Urbina Joiro poeta recita Acto III de Poema 154
POEMA COMPLETO «Envidia» Poema 154 (2005)
A mi querido Alfonso De La Espriella
No te puedes esconder, Envidia, los griegos sabían que eres hombre, Phlohnos, ¡Quítate ese traje de mujer!
Te pone triste todo laurel mío, no merezco tanto, no soy Shakespeare, a quien quisiste envilecer. ¿Te sedujo el conde de Oxford, que le atribuyes sus cantos? ¿Qué te duele de mí que te acerca hasta el llanto? ¡Y quítate ese traje de mujer!
¿Quién te infligió esa pena de derrota vasta como el que asesina joven y no puede parar? Me apena esa angustia que te corroe y te gasta.
Te entristece conocer que mi verso se cante no merezco tal agasajada no soy Neruda, a quien trataste de torcer. ¿Tuviste un affaire con Tagore, a quien concedes parte de Veinte poemas de amor y una canción desesperada? Conmigo no tendrás affaire ni tendrás nada. ¡De una vez por todas, quítate ese traje de mujer!
Quieres que te tomen por profesor de cultura tu cultura te tacha de pecado capital a causa de tu amargura más de las veces transitas el mal.
Renegaste de la ira porque Alfonso de la Espriella defendió El quinto aire al morir tu lucecilla un quejido lloriqueaste, es la tristeza en que reinas pero has ganado tu mentira, Phlohnos, una congoja más no te daría. ¡Eres Reina! Phlohnos, toma, recoge tu falsía, ¡Eres Reina!
Alfonso me envió su libro, por cierto, donde elogia mi laúd pero cita una habanera del siglo XIX que te daría desconsuelo pues, atribuye a otra en uno de sus versos, La Reina eres tú.
Te pones triste si nombran mis libros no merezco tal solemnidad no soy García Márquez a quien trataste de ensuciar. ¿Deseaste a Balzac a quien has atribuido Cien años de soledad? ¡Ponte tu traje de mujer y vete a un rincón a llorar!
Conoces tres Premios Nobel, deberías conocer otro no sabes de Bob Dylan porque tu oído es sordo a liras como Bob repica. Te transcribo su canto, ojalá algo entiendas de su escribir, Jolene, Jolene, yo soy El Rey, muñeca, y tú eres La Reina.
No sólo contra mí asestas tu fierro odias a Dante que te dio por castigo cerrar tus ojos con hilos de hierro.
Estéril. Buscas a tientas a quien quitarle su luz. ¿Qué pregunta es esa la que ahora haces? ¿De quién es La Reina? La Reina eres tú. Cartagena de Indias, 11 de marzo de 2005
Hernán Urbina Joiro poeta recita Acto III de Poema 154
Desde los 9 años, Hernán Urbina Joiro empieza a registrar en versos las masacres entre familias de su pueblo de crianza, San Juan del Cesar y las conmociones trágicas o alegres de Colombia y el mundo.
Siguió indagando sobre la condición humana a través de su carrera como médico, mientras monologaba o reproducía en voces, metros e imágenes diversas, el vértigo y la incertidumbre del acontecer contemporáneo, al tiempo que sembraba en las calles de Colombia varios de los versos más queridos que allí se cantan desde los años ochenta.
«Camino cantando con el mismo ritmo de mi niñez. No pude tener otro. Con esa ritmicidad sigo siendo un pasado que va desbocado hacia el futuro, re-creando el ayer en imágenes para seguir siendo tiempo que se dilata perdiendo y venciendo mientras repito tres palabras que abundan en mis escritos, con sus propios rostros o sus cientos de sinónimos: soledad, vuelo y camino…
…me re-creo, re-nazco en estas rimas que son el habla de Colombia, más el habla de las calles de sus pueblos que de las calles de sus ciudades, lo que me llena de optimismo al suponer que esta Poesía Reunida siempre será de algún modo fresca porque la irá redescubriendo la urbe», declara Urbina Joiro.
Hoy nos entrega el conjunto de sus versos, 185 poemas, los objetos de su eterno juego, la Poesía Escogida 1974 – 2019de quien empezó a asombrar hace 45 años.
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