HÉCTOR LOMBANA IN MEMORIAM – Hernán Urbina Joiro
No hubiera podido anticipar de ningún modo el retumbo que tendría para mí aquél primer encuentro con el Maestro Héctor Lombana en Bogotá.
Esa tarde de finales de 1997, cuando Rafael Escalona me invitó al taller que el escultor tenía cerca a Suba, apenas estaba al tanto de su monumento a los “Zapatos Viejos” y “Los Pegasos”, bronces que cualquiera que ha pisado Cartagena conoce.
Lombana ya había dejado de bromear con Escalona acerca de hacerle una estatua cuando empezó a enumerar entre sus creaciones al trofeo “India Catalina” del Festival de Cine de Cartagena y comentarnos las circunstancias que rodearon la creación del principal monumento de la ciudad.
En esos instantes comenzó una historia que hasta ahora no le he encontrado final.
“Yo hice el trofeo del Festival de Cine porque había que dar un premio. Eso lo sacamos de unas leyendas de Cartagena. Yo creo que la India Catalina nunca existió”, dijo esa tarde el Maestro Lombana.
El trofeo. El monumento. ¿Todo se trataba de una farsa? ¿Vivíamos, por necesidad de creer en algo histórico u otro fundamento, un engaño colectivo al reverenciar como viviente a una figura que jamás existió?
Las palabras del Maestro Lombana marcaron el inicio de una investigación que me llevó por todos los archivos históricos de importancia en Colombia y España, y a escribir un libro que, pese a los reconocidos avances que ha logrado sobre el personaje, sigo y de seguro seguiré desarrollando toda la vida. Paz en la tumba del gran Maestro.
Cartagena de Indias, 6 de noviembre de 2008.
HÉCTOR LOMBANA IN MEMORIAM – Hernán Urbina Joiro
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