Escritor y poeta colombiano. Sitio oficial.

17. Aforismos de Humanidad | El adicto no tiene control sobre su yo que sufre

Hernán Urbina Joiro humanista

El adicto no tiene control sobre su yo que sufre y necesita ayuda. El sufrimiento hoy, tal vez, más poderoso que en otras épocas, habla con desgarro por una civilización que con desespero desea escapar inútilmente por distintos medios que en realidad la vuelven prisionera.


Muchas veces es mejor quedarse en el hotel o en casa o en un sitio concreto porque afuera hay mucho menos libertad y es fama que los místicos se enclaustran para libertarse a sí mismos. Pero, encerrarse en una adicción —incluido el fanatismo—, no libera al yo, ni permite gobernar libremente al yo.

El adicto no tiene control sobre su yo que sufre y necesita ayuda

No todo escape es autodestructivo y es claro que vivifica, digamos, salir corriendo de un perro que nos quiere morder pero escape significa huida y, en el caso de las adicciones, también equivale a derrota por ser un escape autodestructivo, más parecido a la esclavitud que a la libertad o al dominio sobre sí mismo.

Característicamente, la falta del elemento adictivo es causa de sufrimiento. El egodistonismo, ese querer desesperado de abandonar eso que hace sufrir, no se puede ocultar como rasgo generalizado de las adicciones, incluso en clases sociales aventajadas, y ya no digamos entre quienes no pueden contar fácilmente ni con el elemento adictivo ni con un tratamiento para abandonarlo.

No se puede relativizar la capacidad adictiva. No es lo mismo tomarse una cerveza que fumarse un crack.

El adicto no tiene control sobre su yo que sufre y necesita ayuda

Esto no es cosa de catecismos. Esto se ha sufrido, especialmente, a lo largo del siglo XX y de lo que va corrido del siglo XXI. No todo resulta lo mismo. No es igual escapar con cocaína que contemplando una obra de arte.

La solución al problema del narcotráfico y las adicciones a las drogas no estará en sólo prohibir, ni en apocar la autonomía de los seres humanos. No sólo por lo que ya pasó en los años veinte del siglo pasado con el alcohol, sino, precisamente porque ya ha pasado todo un siglo y las cosas son más complejas, más rápidas, más al alcance de todos.

La opción policiva sólo llevará a cambiar los nombres de las regiones de donde provienen las sustancias adictivas y los nombres de las sustancias mismas.

El adicto no tiene control sobre su yo que sufre y necesita ayuda

El adicto —no sólo a los psicofármacos— sufre, como todo sufriente, porque no tiene poder sobre eso que le hace sufrir: el adicto no tiene dominio sobre su conciencia sufrida, sobre su yo quejumbroso y necesita ayuda.

La salida a todo esto no será sencilla, pero tendrá que ser mucho más que sólo encarcelar, que sólo colocar en el cepo. También tendrá que ser un esfuerzo por mejorar la capacidad de esa conciencia en donde se aloja el sufrir y también habrá que hacerse algo respecto a la actual cultura que ofrece anestesia como opción primordial ante el sufrir.

No es una solución sólo en manos de los gobiernos. Si se trata del tema de la liberación total e inmediata de las drogas, habría que preguntarse: ¿también debemos liberar otros problemas como la pobreza para que cada cual vaya como quiera o como pueda en cada región del mundo?

El adicto no tiene control sobre su yo que sufre y necesita ayuda

Una libertad pura sería el azar puro y no es una buena idea dejar todas las cosas en manos de las casualidades. Quien quiera ser pobre, tal vez lo deba ser, pero la población toda no tiene que ser pobre si no lo quiere, ni tiene que sufrir los embates de esa pobreza desatada e indolente, que, como el actual problema de las drogas, tiene efectos en toda la humanidad.

Tendría mejores posibilidades frente a estos desafíos quien, entre otras políticas, promueva el crecimiento de la conciencia del individuo que debe comprender que su autonomía no es absoluta.

La regulación de las drogas es también la regulación de la inconsciencia y eso afecta a quienes están interesados en estar conscientes, por lo que es necesario que el debate se siga dando con la participación de todos los que pudieran debatir hasta clarificarlo mejor.

LEA ADEMÁS: El hombre es sed

VEA TAMBIÉN: En la era del caduceo de Mercurio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Hérnan Urbina Joiro

Hérnan Urbina Joiro

Escritor y humanista colombiano.